jueves, noviembre 02, 2006

Es día de muertos, de éxtasis, de árboles, de "Volver" a todo lo que considero "mi casa"


Anoche fuimos con Salomón al cine, fue el final de un día lleno de trabajo, pero no podía esperar más para ver "Volver" de Almodovar. Fuimos al Cinemex de la Plaza Insurgentes, nuestro favorito, y para nuestra sorpresa la siguiente función era hasta las 9:40 pm, y eran las 8:15 pm cuando estábamos en la plaza. Le pregunté a Salomón si nos podíamos esperar, me dijo que sí y pues compre los boletos. Mientras nos fuimos a hacer tiempo a ver los CDs y DVDs a MixUp, ¡ah como me gusta esa condenada tienda!, tienen buenas cosas y quisiera uno poder tener todo el tiempo para oír toda esa música, y por supuesto también todo el dinero para comprarlos "originales".
Felizmente me dí cuenta que ya tenían a la venta el nuevo CD de Aterciopelados, "Oye", que esta rebueno, por supuesto que me lo compré y ahorita que estoy redactando esto lo estoy oye que oye. Todas las rolas están bien buenas; pero bueno, el caso es que de ahí nos fuimos a cenar al MamaRosas; esta mono el restaurante, pero no se me hizo de la calidad como cobra sus platillos. Nos echamos una buena ensalada y unos panes raros que nos sirvieron, eso sí, todo rico, no pesó tanto el pagar la chiqui-cuenta. Ya ahí el tiempo se fue de volada, y nos regresamos al cine.
"Volver" es una delicia visual, de nuevo la fotografía me arrebató desde el primer momento, esa entrada de las mujeres y las tumbas me trajo un montón de recuerdos. Del guión les puedo decir que si les gusta Almodovar les gustará, tiene esos tintes de alegría en mezcla con melancolía y recuerdos propios del autor sumándole los propios del espectador. ¡Hijo de su madre!, el Almodovar, es especialista en remover la propia vida con esos filmes de situaciones tan humanas y risibles. No me siento con derecho a decir más, o ir más allá en el relato de la película, no quiero arrebatar el delicioso bocado que será para la vista de ustedes amigos cuando la vayan a ver. Por favor, se las recomiendo ampliamente: esta super. Le doy de calificación cinco estrellas (* * * * *).

De regreso a casa le pregunté a Salomón qué le había parecido la peli, y para variar andaba de mal humor. En resumen consiento con él en el hecho de que Almodovar ha repetido la fórmula de cómo muestra las historias, son largas, enredadas y van encaminadas a revelar al final un terrible secreto que involucra a los actores principales y que darán un giro en hechos que no veremos después, pero que se muestra muy vivo el momento del desenlace del nudo de la historia en ese momento en que nos hace suspirar. Creo que tiene razón, aquí cambia la historia pero la dinámica es la misma. A todo esto creo que no hay nada malo, lo que hay es que no nos acostumbramos a ver que la vida propia y de la otros cuando las mezclamos es algo que se tiene que desenredar en algún momento de la vida.

Les comparto que en dos momentos de la peli lloré, ¿qué me recordó Volver?, me recordó a mi querida hermana muerta, Lulú, me recordó su sonrisa, sus juegos, berrinches, gritos, risas, susurros de secretos, y hasta sus pedos. Lloré mucho por todo lo que sentí anidado en mi pecho, por tanto que ya había olvidado, al menos vividamente experimentado todas estas emociones y sentimientos. No sé porque, será por mecanismo de defensa para no sentirnos débiles, pero aún a la gente que más queremos a la distancia sólo les vamos recordando en lo abstracto del nombre, y las acciones directas como sólo la sonrisa o alguna palabra que se nos halla clavado en el pecho o en la mente. No lo sé. Anoche con Volver volví a regresar a la casa del "rastro", a los primeros años de la primaria en el Colegio Amsterdam, y a esos momentos, así los volví a vivir tan vívidos, de cuando en el recreo de los niños del kinder me iban a llamar al salón de clases para decirme que Lulú (y luego More), estaban llore y llore en el patio; entonces recordé de vuelta el gran cariño y la ternura que me daba entrar al patio del kinder y ver ahí paradita en una esquina del patio a Lulú llorando, al verme me abrazaba y se tocaba su carita con ambas manos diciendo solamente "... dónde esta mi mamá... quiero estar con mi mamá... mamá...".

El segundo momento que se me salieron las de cocodrilo fue en la escena madre-hija, ahí recordé tantos momentos tristes que sí compartí con mi madre, y que las palabras que ella me dijera me llenaran de la energía que hasta ahora me sostiene y me convierte en el alegre constante que me gusta (y a veces asusta) ser. ¿Por qué llorar?, porque el sólo hecho de ver en mi mente al tesoro de madre que Dios me dio y que un día lo perderé (o me perderá), me hizo sentir por un instante chiquito como un huérfano. Pensé "... ¿qué me falta por confiarle a mi madre?.... ¿qué otro consejo hace falta que me dé?...", y también recordé tantas veces que he sentido al "fantasma" de mi hermana tras de mi, de todas las veces que al regresar de la prepa, caminando atravesando cerro, sentia que me iba siguiendo, y al entrar a las partes más oscuras o solas del camino a propósito me detenía y volteaba deseando en verdad ella ahí estuviera; recordé que sentía que le daba pena que le viera y se escondía de mi vista nuevamente, entonces retomaba el paso a casa y comenzaba a hablarle en voz alta, como si fuera pegada a mi espalda y le platicaba lo ultimo que había pasado desde que "nos dejo"; también recordé que más de una vez le preguntaba "¿por qué has vuelto?", pero ella no me respondía, sólo sentía, sentía... sentía que volvía a casa con ella.
Anoche fue noche de muertos, no le puse altar, creo que hoy en la noche rezaré de nuevo por ella, y el fin de semana que nos toca misa en Vino Nuevo llevaré una foto de ella y la pondré en el altar, ojalá alcance el domingo flores de cempazuchil en el mercado para ponerle allá en la misa su ofrenda, será más feliz así, como la recuerdo al volver a casa, acompañada.
Es jueves y de camino a la escuela la ciudad esta "pelona", es decir esta sola, eso me hizo volver a disfrutar de los árboles del camino, no se parecen a mis palmeras que en mi mente siguen estando en el río tras de casa, pero me dan ese éxtasis de pensarme que vuelvo a donde lloré mucho, pero también reí mucho; me pareció ver por las calles de Insurgentes y Eje Central a esos muertos que han vuelto en bola a tomar la ciudad, es de ellos al menos un par de día, digo, si los de la APPO la toman, ¿por qué ellos no? Cerré mis ojos de momento y vi llenas las calles de fantasmas jugando en todas las calles y esquinas, riendo y cantando, como creí verlos tantas veces a lo largo del río de la Sabana y desde mi casa sólo reírme al verlos, ¿cómo decirlo si una vez que les dije que vi uno me tomaron de loco?, ji ji, aquel negrote que tocó la puerta y al sonreírme vi sus dientes de oro, juar juar.
Es día de muertos, de éxtasis, de árboles, de "Volver" a todo lo que considero "mi casa" y es curioso pero quiero mucho que ahorita me besen para no dejar de sentirme vivo; pero como estoy solito en el laboratorio, pues me daré yo solito besitos con mis manos.